El cultivo del albaricoquero en España tiene una gran tradición, siendo cultivado de forma extensiva desde mediados del siglo XVI. En la actualidad, España es el segundo productor mundial después de Turquía, teniendo una gran importancia económica sobre todo en las Comunidades de Murcia y Valencia. Es precisamente en estas regiones litorales donde desde mediados de los años ochenta se está produciendo una fuerte expansión del virus de la sharka. Esto supone actualmente uno de los principales factores limitantes en la producción del cultivo. El control de esta virosis pasa por una estrategia combinada de métodos de tipo legal (arranque de árboles afectados), preventivos (sanidad del material vegetal) y de mejora genética (utilización de variedades resistentes). La obtención de variedades resistentes se realiza mediante cruzamientos entre variedades resistentes, hasta ahora de escaso valor agronómico, y variedades comerciales adaptadas a las zonas de cultivo. En la actualidad mediante la aplicación de nuevas biotecnologías (como la transformación genética) también se empiezan a obtener resultados esperanzadores en este campo.