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La fertilidad del almendro y el papel de la autocompatibilidad


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Autores: A. Godini
Volumen: 97V-3 (166-182)
Tipo de Artículo: Producción Vegetal
Palabras Clave: Almendro, compatibilidad, producción
Resumen:

El record mundial de producción de pepita es de 2,0 t/ha y pertenece a la producción californiana en riego. Ya que la pepita es sólo de un 6,6 a un 9,0% del peso fresco total del fruto, una producción de 2,0 t/ha de pepita significa una producción de 10 a 15 veces más elevada, o sea, 20 a 30 t/ha de frutos enteros, dependiendo del cultivar. Con una planificación adecuada del riego, la fertilización y la poda, no debería ser imposible alcanzar estas producciones, ya que objetivos de 30 t de fruta y más son normales con naranjas, manzanas, peras, melocotones, etc.
Considerando la variabilidad en el peso de una pepita de almendra, entre 1,0 g y 1,6 g, dependiendo del cultivar, una producción de 2,0 t/ ha de pepita significa 1.250.000‑2.500.000 frutos/ha, o sea muchos miles de frutos por árbol. Desde este segundo punto de vista, además del riego, la fertilización y la poda, una polinización efectiva por las abejas adquiere una importancia estratégica. El manejo correcto de las abejas para la polinización se traduce en la optimización del cuajado. Además, la utilización de almendros autocompatibles puede ser realmente de gran ayuda para alcanzar los records mencionados.
Las investigaciones llevadas a cabo en los años 70 y 90 permitieron identificar al menos 30 almendros naturalmente autocompatibles. El denominador común de estos cultivares fue su origen geográfico: Apulia, en la Italia del sur. Se ha supuesto que la autocompatibilidad apareció después de hibridaciones naturales y remotas entre el almendro cultivado y un almendro silvestre de pepita amarga, Amygdalus webbii Spach., que se encuentra en la Apulia desde tiempo inmemorial. Por otra parte, la autocompatibilidad se ha introducido artificialmente en el genoma del almendro por medio de la hibridación artificial con el melocotonero y por la inducción de mutaciones.
Varios años de estudio han mostrado que bajo las mismas condiciones ambientales y de cultivo, los almendros autocompatibles, capaces de cuajar frutos con sus propios gametos, son capaces también de producir una cosecha, por árbol y por hectárea, aproximadamente dos veces mayor que los cultivares autoincompatibles más populares. En conclusión, los estudios realizados han demostrado que los cultivares autocompatibles pueden cultivarse en bloques compactos, eliminando la necesidad de polinizadores y así los problemas que derivan de ello. Sin embargo, la obtención de niveles de cosecha agronómicamente interesantes por medio de la autopolinización y la autofecundación es imposible sin la mediación de vectores como los insectos. La acción de los vectores se ha interpretado como fundamental para asegurar el contacto íntimo de los granos de polen con el estigma de la misma flor, entre flores del mismo árbol, o entre flores de diferentes árboles del mismo cultivar.

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BASES DE DATOS Y REPOSITORIOS

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