Se han estudiado los efectos provocados por la deficiencia inducida de calcio sobre el crecimiento de plantas de tomate en cultivo hidropónico. Para ello se han cultivado plantas en tres tipos de soluciones nutritivas: una con concentración normal de calcio (2,5 mM), y dos para inducir deficiencia: 125 mM y 62,5 mM de Ca2+. Sobre estas plantas se han determinado en tallo: altura y grosor en su base; en hoja: humedad, espesor y peso específico, y en raíces: pesos fresco y seco.
Tras el ajuste a ecuaciones logísticas de crecimiento, se puede concluir que la elongación del tallo se retarda, deteniéndose 10‑15 días antes en las plantas crecidas con 62,5 µM que en aquéllas con 125 µM Ca2+. Al final del ciclo de cultivo, la altura y el grosor del tallo de las plantas deficientes, son un 50 y 30% inferior respectivamente a los de los controles.
La aparición de los primeros síntomas visuales de deficiencia se produce en las hojas más jóvenes, observándose la deformación periférica del limbo 7‑10 días tras el tratamiento con 62,5 µM Ca2+, mientras que en las cultivadas con 125 µM Ca2+ los síntomas se aprecian 10‑15 días más tarde. Las raíces se oscurecen y disminuyen de tamaño, se interrumpe la aparición de nuevas hojas y aumentan el espesor y peso específico de las ya desarrolladas. Estos efectos son similares a los producidos por reguladores de crecimiento como el paclobutrazol (PBZ), cuya aplicación provoca disminución del área foliar, aumento del espesor de hoja y la inhibición del desarrollo radicular. En los estadios finales se produce la muerte de los ápices y la necrosis de las hojas más jóvenes.
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