La producción de cerdos de tipo ibérico se ha incrementado en la última década hasta cerca de 1,5 x 106 animales sacrificados por año. Aunque integra diversos sistemas de producción, se basa mayoritariamente en animales cruzados con razas de mayor rendimiento productivo (Duroc). Ello limita los objetivos y métodos de su posible mejora genética, que debe vincularse a las ganaderías con sistemas extensivos de ciclo largo y productos destinados al segmento del mercado de máxima calidad. En este contexto, dadas las notables diferencias genéticas entre líneas de Ibérico descritas en la presente revisión, se propone la sustitución y cruce entre líneas como método inicial de mejora, que no conlleva deterioro de la rusticidad y de la calidad de carne y grasa. Aunque la selección para crecimiento magro ha resultado efectiva en un ensayo experimental, la mejora por selección requiere una evaluación rigurosa pues, dada la singularidad de la población, corresponde a una situación de máxima aversión al riesgo. Para reducir éstos, son necesarios programas con altos costes: amplio número de efectivos reproductores y/o registro de pará metros de calidad, así como el desarrollo de estructuras que combinen selección y difusión genética.
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