El énfasis que se da al pistachero en los países del área mediterránea está aumentando gradualmente. La producción se ha incrementado rápidamente durante las dos últimas décadas porque han aumentado tanto el rendimiento por hectárea como la superficie dedicada al cultivo. La existencia de especies silvestres de Pistacia, la ecología adecuada, y las posibilidades de injerto, de polinización cruzada y de fecundación inter e intraespecíficos son signos positivos de las posibilidades del cultivo del pistachero en esta zona. Por otro lado, la resistencia extrema a la sequía de Pistacia spp. permite a los agricultores de tierras áridas y semiáridas cultivar este frutal sin riego. Pueden verse buenos ejemplos de este esquema productivo en Anatolia del SE, Siria, Tunisia, etc. Sin embargo, hay problemas serios a resolver en la propagación, la polinización, la vecería, el pelado, la abertura de la cascara, las necesidades en frío y en horas‑grado de calor, etc., para una producción eficaz de este valioso fruto seco.